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El Sindicalismo

Para Adrian Shubert. "La mina en general no es sólo un lugar de trabajo; es todo un lugar de conflicto: la escena es la lucha diaria entre administradores y obreros".

Pero la colonia de Orbó tardó en darse cuenta de ello. La férrea disciplina de trabajo y el control sobre la vida del minero, hizo que tanto la época de La Sociedad Esperanza como la época de La Carbonera fueran tiempos en los que la conflictividad social era inexistente o existiera... bajo un tupido velo.

En 1912 se constituyó lo que más tarde se apodaría como "el borregato", la Asociación de Mineros de Orbó.

CELEBRACIONES DEL SINDICATO MINERO CATÓLICO
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El 18 de Junio de 1918, la Asociación se adhiere como Sección de Orbó, con 410 socios, al Sindicato Católico de Obreros Mineros Españoles, con sede en Moreda, feudo asturiano del Marqués de Comillas. Este sindicato, claramente antisocialista, constituyó un aparato más de control patronal sobre la vida del minero y sus ideas.

Es de destacar el elevado rendimiento del trabajador de Orbó frente al de Barruelo, aunque trabajaran las mismas capas. El ingeniero-jefe afirmaba que la explicación estaba en el criterio que informaba a las respectivas agrupaciones obreras. Para La Carbonera Española era fundamental la gestión y el control de la comunidad, prohibiendo toda organización sindical contraria a sus intereses, así como toda prensa obrera, sindical o política.

Con el traspaso de titularidad a Minas de Barruelo S.A. las condiciones de trabajo se endurecieron, la práctica del endoble se generalizó, los accidentes fueron cada día más frecuentes y el paternalismo social desapareció. A pesar de los duros destajos, los rendimientos anuales descendieron desde 1928. Comienza a percibirse una creciente capacidad de negociación de los trabajadores.

Algunos de esos trabajadores, Hilario Vicario, Lucas Arias y Julio Bartolomé, entre ellos, fundaban la sección sindical de Orbó adherida al Sindicato Minero Castellano en noviembre de 1928. El gobernador civil aprobó su reglamento, norma imprescindible para la legalización de cualquier asociación obrera, y se eligió la primera Junta Directiva:

"Reglamento aprobado.
Transcurrido un mes, ha llegado a nuestro poder el reglamento, legalizado por la primera autoridad de la provincia, por el que ha de regirse esta nueva Sección de Vallejo de Orbó, perteneciente al Sindicato Minero Castellano, quedando totalmente legalizada y constituida, pasando a ocupar los cargos elegidos por unanimidad los compañeros siguientes:
Presidente, Dionisio Vázquez; secretario, Lucas Arias; tesorero, Ignacio García; contador, Julio Bartolomé; vocales, Felipe González, Félix Reguera y Jesús Merino.
Levantada el acta de constitución, y dentro de los cinco días que la ley de Asociaciones marca, enviamos dicha acta al gobernador civil de la provincia.
También se acordó enviar un saludo a los obreros organizados.- Lucas Arias".

La constitución de esta Sección conllevó que el sindicalismo católico perdiera su único núcleo de arraigo en la provincia, Vallejo de Orbó. La Organización se mostró siempre firme ante la empresa. Y los mineros, ya organizados, acordaron, en abril de 1929, enfrentarse a la Empresa y pedir mejoras:

"1ª.- Reconocimiento de la Sección por la Empresa.
2ª.- Que se nos notifique verbalmente y por escrito, las condiciones en que han pactado la venta de una a otra Empresa y reglamento interior de la misma, y que se exponga en lugares visibles para que sea debidamente conocido y exactamente aplicado por los dependientes a quienes afecta.
3ª.- Que nos concedan pases y primas dos veces al año, como vienen percibiendo los obreros de Barruelo desde que tomó posesión de aquellas minas la S:A: (antes del Norte, que igualmente las daba)
4ª.- Que se abonen las horas extraordinarias, lo mismo en el interior que en el exterior, según determina la ley, a sea con el 20 por 100 de aumento las dos primeras horas y el 40 por 100 las restantes.
5ª.- Teniendo en cuenta la fórmula que han adoptado para los relevos del Canal, esta Sección no cree conveniente tal fórmula, y reclama a la Empresa tome medidas de solución buscando medios de emplear a los obreros que sean de precisión absoluta en la mina para conservar la higiene de la misma, según ha informado en la prensa de varios matices la Junta de Sanidad.
6ª.- Que sean admitidos al trabajo los obreros que hayan sido baja en sus respectivos trabajos por haber tenido que incorporarse al servicio militar, por estar dispuesto por real orden en la "Gaceta" de enero de 1928.
Esperamos que la Empresa, teniendo en cuenta la justicia que encierran, atenderá estas reclamaciones".

La defensa de los derechos de los trabajadores no sería eficaz si la Sección no contaba con un número suficiente de afiliados, por lo que los llamamientos a hacerlo fueron frecuentes:

"MINAS DE ORBÓ, 22.- Voy a decir con toda claridad que si seguís apartados de nuestro Sindicato de nada servirá que un puñado de compañeros nos sacrifiquemos para remediar toda esta serie de injusticias de las que somos víctimas.
¡Ánimo trabajadores!; no sigamos por más tiempo distanciados de la organización obrera; daos cuenta de que la Sociedad es la única que puede mejorar nuestra crítica situación; no seamos por más tiempo víctimas del egoísmo de nuestros explotadores, que vienen obrando caprichosamente sin la menor explicación.
También debo hacer presente que ya faltan muy pocos días para la celebración del Primero de Mayo, la Fiesta de Obrero, y que durante nuestra vida de trabajo ponemos nuestras fuerzas, manuales e intelectuales, para enriquecer a nuestros explotadores; por eso todos los hombres que tengamos conciencia debemos darle la importancia que merece este día; por eso debemos demostrar a nuestros adversarios que la clase trabajadora en este día mantiene fiel su espíritu vivo y generoso a tan justiciero ideal.
Ya lo sabéis, trabajadores en general: a celebrar el Primero de Mayo. Hago este llamamiento a los jóvenes en particular, que no se dedican más que a deportes, tabernas y bailes, abandonando todos los actos que se dedican a la Fiesta del Trabajo.
¡No jóvenes! Esto merece ser censurado por no ser el camino pugilístico el de nuestra redención; nunca esperemos a que otro nos emancipe; somos nosotros los que debemos de emanciparnos; tengamos en nuestra mente las palabras de nuestro camarada Marx: "La emancipación de los trabajadores ha de ser obra de los trabajadores mismos" y puesto que este camarada nos la encomendó, debemos realizarla.
¿Cómo? Empezando por ser obreros organizados y leer nuestro diario EL SOCIALISTA, fundado por el llorado maestro Pablo Iglesias; de esta forma se adquirirá la cultura que necesitamos para podernos defender de nuestros opresores.
¡Jóvenes: pongamos todos un poco de sacrificio para saber defendernos; venid a la organización, que es el puesto que debemos ocupar; el que así no lo haga, se traiciona a sí mismo y a sus mismos compañeros. Así, pues, a conseguir que el Primero de Mayo se celebre con calor y entusiasmo.
¡Viva la organización! ¡Viva el Primero de Mayo!.- Julio Bartolomé Arronte".

Aún recuerdo la fiesta del Primero de Mayo. Era un delirio ir a las concentraciones que se hacían. Se celebraba con gran satisfacción y alegría conmemorando la fiesta Internacional en memoria de la víctimas de Chicago. A las once de la mañana, la Casa del Pueblo se veía abarrotada de público, entre el que abundaba la mujer, dispuesto a escuchar a Arias de Vallejo, Barriuso y Tapia de Barruelo, y Manso de Madrid. Por la tarde otra manifestación se desplazaba a Barruelo para encontrarse con otra que de allí había salido. Era impresionante ver el encuentro y saludo de banderas.

En 1930 la Sección de Vallejo de Orbó decide dotarse de unESTADO ACTUAL DE LA CASA DEL PUEBLOa sede y compra un terreno para edificar la Casa del Pueblo que fue construida con las aportaciones de cada afiliado, después de salir de su trabajo. Disponiendo de local propio, los mítines y conferencias eran frecuentes (el 8 de enero de 1933, el mitin corrió a cargo de Lucas Arias de las Juventudes Socialistas, y el 3 de mayo, Lázaro García de Sama de Langreo, habla de "Los principios básicos de nuestra organización"). El número de afiliados aumentó hasta 326. Y en las elecciones de generales del 19 de noviembre, aunque en la provincia ganaron las derechas, en el municipio de Brañosera de los 822 votos emitidos, 705 fueron para candidatos socialistas.

Los sindicalistas de Orbó siempre fueron diferentes a los de Barruelo, fieles seguidores de las indicaciones del Sindicato Obrero de Mineros Asturianos. El control patronal que sobre toda su vida se había ejercido en épocas anteriores les predisponía a una lucha obrera constante. En agosto de 1933 los trabajadores de Orbó, unilateralmente, plantearon una huelga de cinco días. Los sindicalistas barruelanos enviaron dos dirigentes con el fin de reprender a la Sección de Orbó. Los trabajadores de Orbó, hartos del endurecimiento de la política empresarial, no sólo siguieron con la huelga sino que días más tarde apoyaron durante casi un mes la huelga general en solidaridad con Asturias, paralizando la extracción y manteniendo las labores de conservación, ventilación y desagüe, demostrando que también sabían luchar con disciplina.

Para entonces el Sindicato Católico Social prácticamente no existía, los obreros se afiliaban a la UGT y otros a la CNT, y el control patronal, omnipresente en épocas pasadas, se vio limitado por las reivindicaciones de los obreros. Pero... fueron tiempos difíciles...

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